viernes, 16 de mayo de 2008

Un poema de Whitman recitado por Serrat*-

Son las 00.45 del Viernes, y estaba mirando en YouTube, un vídeo de Joan Manuel Serrat cantando Campesina en Barcelona en 1974, pero mas allá de esta canción que es espectacular, me quede escuchando al principio, a Serrat recitando un poema de Walt Whitman, poeta norteamericano del siglo XIX. Es el poema Nro 31 del Canto a mi mismo parte de la obra de su vida, Hojas de Hierba, ya que fue su única publicacion y la fue modificando a lo largo de toda su existencia. Esta versión traducida de su idioma original el ingles, por el catalán poeta, traductor y escritor Marià Manent.

Para mí, una brizna de hierba no vale menos que la
tarea diurna de las estrellas,
e igualmente perfecta es la hormiga, y así un grano de
arena y el huevo del reyezuelo,
y la rana arbórea es una obra maestra, digna de
egregias personas,
y la mora pudiera adornar los aposentos del cielo,
y en mi mano la articulación más menuda hace burla
de todas las máquinas,
y la vaca, rumiando con inclinado testuz, es más bella
que cualquier escultura;
y un ratón es milagro capaz de asombrar a millones de
infieles.
- Versión de Marià Manent

miércoles, 14 de mayo de 2008

Yo no quiero màs luz que tu cuerpo ante el mio de Miguel Hernandez*-

Despues de meses sin subir nada, queria dejarles mi poema preferido de Miguel Hernandez, el poeta del pueblo, publicado en el libro Cancionero de Romanceros y Ausencias, escrito entre 1938 y 1941, es quizas la obra cumbre de este español, nacido en Orihuela en 1910 y que muere de tuberculosis en 1942 en el reformatorio de Alicante a la edad de 31 años, encarcelado por haber sido activo defensor de la causa republicana en la Guerra Civil española (1936-1939).
Este poema escrito a su mujer Josefina Manresa, en tiempos en cuales ya no se podian ver, mas que en las visitas a la carcel, es de un sentimiento absoluto, conmovedor por la intensidad y claridad con que expresa su deseo.


Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío...

Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío:
claridad absoluta, transparencia redonda,
limpidez cuya entraña, como el fondo del río,
con el tiempo se afirma, con la sangre se ahonda.

¿Qué lucientes materias duraderas te han hecho,
corazón de alborada, carnación matutina?
Yo no quiero más día que el que exhala tu pecho.
Tu sangre es la mañana que jamás se termina.

No hay más luz que tu cuerpo, no hay más sol: todo ocaso.
Yo no veo las cosas a otra luz que tu frente.
La otra luz es fantasma, nada más, de tu paso.
Tu insondable mirada nunca gira al poniente.

Claridad sin posible declinar. Suma esencia
del fulgor que ni cede ni abandona la cumbre.
Juventud. Limpidez. Claridad. Transparencia
acercando los astros más lejanos de lumbre.

Claro cuerpo moreno de calor fecundante.
Hierba negra el origen; hierba negra las sienes.
Trago negro los ojos, la mirada distante.
Día azul. Noche clara. Sombra clara que vienes.

Yo no quiero más luz que tu sombra dorada
donde brotan anillos de una hierba sombría.
En mi sangre, fielmente por tu cuerpo abrasada,
para siempre es de noche: para siempre es el día.

Miguel Hernandez-


Saludos Ignacio Cámpora!!!